Los «wood pellets» son pequeños cilindros compactados hechos de madera seca y comprimida. Son un tipo de biocombustible sólido utilizado principalmente para calefacción y generación de energía. Se producen a partir de diversos tipos de madera, como residuos de aserraderos, virutas y restos de productos forestales. La madera se muele y se seca para reducir su contenido de humedad y luego se comprime utilizando una prensa. El resultado son cilindros pequeños y uniformes, generalmente con un diámetro de 6 a 8 milímetros y una longitud de 10 a 30 milímetros.

Estos pellets tienen un alto poder calorífico y una combustión eficiente y limpia. Además, su tamaño y forma uniformes facilitan su almacenamiento y manipulación. Son una alternativa sostenible a los combustibles fósiles, ya que provienen de fuentes renovables y contribuyen a reducir las emisiones de carbono.

Se utilizan principalmente en estufas y calderas de biomasa para calefacción doméstica, así como en plantas de generación de energía térmica y eléctrica. Son una opción popular en áreas rurales y en países con recursos forestales abundantes, donde se aprovecha la biomasa forestal como fuente de energía renovable.